El protocolo es una herramienta de comunicación tan importante que todos recurren a ella cuando quieren garantizar unos objetivos que se han marcado con anterioridad.
Esta semana las banderas una vez más, han sido tema de actualidad y cómo no, también de reproche. Son -y así será siempre en nuestro país- motivo de discordia. En otros países sería impensable vivir esta tensión; es cierto que la particularidad que se vive en España, hace que estas cosas formen parte del día a día. Continuamos, en algunos casos, sin mantener una coherencia y criterios que nos orienten, de esta forma lo único que se está consiguiendo es generar más confusión e interpretaciones erradas.
Todos hablan y opinan, arrojando una bandera como símbolo de reproche, sin ser conscientes de que nadie puede estar en posesión de una bandera. He leído verdaderos disparates, fruto de la polarización que estamos viviendo y de la constate politización de las banderas, extensible a muchos aspectos del protocolo.
Ya he hablado en varios artículos sobre banderas, normativas y criterios de ordenación, y también sobre las distintas interpretaciones que hace Moncloa, dependiendo de lo que quieran transmitir en cada momento. En mi opinión, es cierto que como herramienta de comunicación se puede hacer un determinado uso y/o aplicación de las mismas, pero esto también tiene el inconveniente de que genera confusión y en múltiples ocasiones una mala interpretación, tal y como hemos podido comprobar estos días en las redes sociales. Ciertas cosas deberían mantener un criterio estable y continuo en el tiempo.
Procuro en la medida de lo posible no hacer valoraciones políticas en ninguno de mis artículos porque entiendo que los que nos dedicamos al protocolo deberíamos evitarlo. Por lo tanto, mi reflexión es exclusivamente desde el aspecto profesional.
En el último trimestre del año pasado estuve en cuatro países por motivos de trabajo, Japón, El Salvador, Francia, España y en Estados Unidos donde resido actualmente. En ninguno de ellos he vivido las particularidades que tiene nuestro país. Aunque viva en Estados Unidos, es inevitable estar pendiente de todo lo que sucede allí, por pasión y por trabajo. Estos viajes y el haber vivido ya en cuatro países distintos, me está permitiendo tener una visón cada día más amplia de nuestra profesión, de la capacidad que tiene de transmitir mensajes, de despertar pasión a unos y a otros odio, de unir y de fracturar porque los factores culturales y sociales interceden directamente en la interpretación que hacemos sobre las propuestas que se hacen a nivel de protocolo.
Como decía en el inicio de mi artículo de opinión, el protocolo es una importantísima herramienta de comunicación que dada la importancia que adquiere cada día, está expuesta a la interpretación y a su politización, para lo bueno y lo malo. Los medios pusieron el foco en varios aspectos del encuentro que se produjo en Moncloa, entre el Sr. Sánchez y el Sr. Torra. Además del recibimiento, inusual, está foto fue motivo de muchas criticas e interpretaciones:
Como consecuencia de no mantener el mismo criterio entre comunidades autónomas, se reaviva la critica lo que no contribuye a generar un clima de cordialidad, premisa del protocolo en general. No ayuda a que el invitado se sienta a gusto, sin disentir sobre las propuestas del anfitrión que , si se ha hecho bien, le ha informado de los detalles con anterioridad, con el fin de mantener la cortesía y evitando las sorpresas.
Por la tanto:
- ¿Están bien ordenadas las banderas?
- Si
- ¿Es habitual aplicar este criterio en Moncloa?
- No
- ¿Hemos visto en otros contextos este criterio?
- Si
- ¿Con este criterio estamos diciendo que Cataluña es un Estado?
- No
- ¿Algunos pueden interpretar que es así?
- Si
- ¿Por qué?
- Porque es una propuesta inusual. Cuando algo es inusual, abrimos más la puerta a la interpretación y la discrepancia.
- ¿Era preferible otra propuesta?
- Si
En otro artículo hablaré sobre cómo el presidente del Gobierno recibió al Sr. Torra. Insisto en que el protocolo, es una herramienta de comunicación y como tal, su utilidad depende de cómo se aplique. Si a partir de ahora Moncloa mantiene su propuesta de ordenacion de banderas con el resto de comunidades autónomas, se diluirá gran parte de la critica. Si no es así quizá volvamos, por ejemplo, a la opción con la bandera Europa, esa bandera que se utiliza cuándo y cómo interesa, por motivos de lo mas variados. En este caso entiendo que no incluyen la bandera europea, con el fin de centrar el motivo de la reunión, no haciendo participes de algo interno al resto de Europa; pero esto es una mera interpretación.
La última palabra sobre muchas propuestas en el ámbito del protocolo de cara a un acto, la tiene generalmente una persona que no tiene nada que ver con profesionales cualificados en esta materia. Conviene recordar que la ultima palabra no la tiene el profesional de protocolo. Nosotros sugerimos y proponemos en función de lo objetivos marcados por nuestros jefes (anfitriones, clientes, etc.).
Javier Vila de Savenelle de Grandmaisón | @_JavierVila_
Foto: elplural.com