
Un año más, final de Copa del Rey. El partido disputado entre el Barcelona y el Real Madrid en el Estadio de La Cartuja, Sevilla, nos ha dejado otro palco desafortunado. Un estadio al que, personalmente, le tengo un cariño especial por haber vivido allí un momento profesional importante. Sin embargo, se repite, una vez más, una imagen que, lejos de representar el verdadero motivo de la celebración —una final de fútbol—, se convierte en un escaparate institucional que acentúa aún más las diferencias entre aficionados e instituciones.
Estas escenas se repiten cada día en los palcos y, en innumerables ocasiones, hemos hablado de ello desde distintas perspectivas. Una de ellas es la planteada ayer por Carlos Fuente, cuya lectura … Leer más...