Hoy me siento muy feliz por varios motivos, uno porque una vez más hemos logrado otra importantísima victoria en uno de los torneos más prestigiosos del mundo; ya era una victoria antes de empezar porque íbamos a disfrutar de una final entre dos españoles ejemplares.
El segundo motivo es por nuestra profesión; ha sido un torneo ejemplar. Todo es mejorable y hay pequeños detalles que podrían haberse hecho de otra forma, como la programación de las pistas ya que Ferrer tardó en pisar la pista principal en los partidos previos -teniendo en cuenta su clasificación en la ATP. Pero hoy sólo quiero hablar de lo positivo –y lo intentaré hacer así en próximos artículos- de las hermosas secuencias de un … Leer más...