Sin perder las formas…

#sutilezascotidianas | A todos nos gusta celebrar una buena noticia. Si nuestro equipo favorito gana el fin de semana, lo celebramos aún más… aunque algunos pierden las formas. Incluso en las celebraciones debemos ser cuidadosos con los modales; hay bromas que pueden encajar dentro del contexto de ciertos piques sanos, pero siempre sin llegar a la ofensa.

El deporte representa, o debería representar, valores que, por desgracia, en la sociedad se están perdiendo a pasos agigantados. Hoy es difícil encontrar personas que procuren ser empáticas y respetuosas. Lejos de ser un refugio de esos valores, el deporte es un reflejo de la sociedad y, en demasiadas ocasiones, sus dirigentes también se suman a la falta de respeto.

Después del partido entre el Atlético de Madrid y el Barcelona en el Metropolitano, el presidente del Barcelona se hizo una foto con parte de su equipo, todos muy felices, y algunos señalando con la mano el número de goles marcados (4) desde el palco. Los palcos no son de las autoridades, aunque muchos digan “el palco de autoridades”… el palco representa al club y sus asistentes son invitados. Por lo tanto, uno debe ser cuidadoso y respetuoso en las formas. Hay muchas maneras de celebrar un éxito merecido sin necesidad de ofender a nadie.

Las celebraciones, en muchas ocasiones, rozan el límite de la ofensa al adversario. Es cierto que algunos tienen la piel muy fina y encajan mal ciertos festejos, pero también hay que entender que, siempre que la empatía forme parte del contexto, la celebración debe ser decorosa. Los dirigentes de un club, aún más que los jugadores, deben ser extremadamente respetuosos, porque representan a muchas personas.

El respeto también debería estar presente en las redes sociales de los clubes de fútbol. En la búsqueda del like fácil y del aplauso de la grada, surge la tentación de escribir cosas que, consciente o inconscientemente, pueden ser una ofensa gratuita al adversario. El respeto forma parte del deporte. Claro que hay que celebrar los triunfos, pero sin perder de vista al rival y a sus seguidores.

El Barcelona es un gran club, con millones de seguidores repartidos por todo el mundo, igual que el Real Madrid, el Atlético de Madrid… Sería fantástico que, con el gran altavoz que tienen y la enorme capacidad de influir en la sociedad, sus dirigentes y deportistas contribuyeran a la recuperación de los valores. Pero parece que eso no vende, y que importan más otras cosas.

Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón 

JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 83) | #todocomunica

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