La importancia de asesorar bien en comunicación

#sutilezascotidianas | Todos los que nos dedicamos al mundo de la comunicación —relaciones institucionales, imagen pública— vivimos un sinfín de situaciones que requieren templanza, responsabilidad y gestión de los tiempos, entre otras cosas.

En los momentos dulces resulta relativamente fácil gestionar la comunicación; en estos casos, una de las mayores dificultades es evitar que la persona a la que estamos asesorando se deje llevar por el momento. Alimentar demasiado su ego o vanidad puede llevarle a situaciones adversas. En los momentos difíciles, transmitir tranquilidad, saber reconocer un error sin justificaciones pero con argumentos que reflejen sinceridad, es fundamental.

He conocido deportistas que han caído en la trampa del ego; personas que eran buenas, respetuosas y accesibles, pero que, al alcanzar cierto éxito, pasan a vivir una etapa efímera en la que las circunstancias terminan limitando su crecimiento como persona y como profesional. El deportista tiene mucha responsabilidad, pero también la tienen las personas de su entorno.

Hay circunstancias que requieren personas capaces de poner al asesorado en su sitio; decirle las cosas sin buscar contentarle porque la lealtad, precisamente, pasa por decir, como profesional, lo que estimamos que es lo mejor para él, siempre desde el respeto y los valores.

Hemos visto varios casos en los que nos preguntamos cómo puede actuar o decir ciertas cosas un político, un deportista, un empresario… ¿No hay nadie en su equipo que le diga que así no? Por distintos motivos, el entorno no está a la altura… por querer agradarle, por miedo o por necesidad. Y esto, lejos de ayudar, lo que realmente provoca es: primero, perjudicarle; segundo, hacer mal nuestro trabajo.

Las instituciones —privadas y públicas— también requieren personas capaces de transmitir tranquilidad y saber gestionar los tiempos, pero también las emociones. El tiempo, las formas y el argumento son nuestros aliados… ¿Sabemos gestionarlos? ¿Todo vale? Todos los que nos dedicamos a este apasionante mundo de asesorar podemos cometer errores, pero hay cosas que no son para nada justificables y menos si se recurre —entre otras cosas— a la mentira, la manipulación o el insulto, lejos de los valores.

Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón

JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 75) | #todocomunica

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