#sutilezascotidianas | Cada fin de semana, en los campos de fútbol, somos testigos de auténticos “actores de acción,” peliculeros profesionales que, lejos de ser sancionados por fingir y exagerar una falta, recurren cada vez más a la farsa. Más allá del deporte, los deportistas tienen la responsabilidad de cuidar y velar por la verdad, evitando mentir para sacar ventaja a costa del adversario.
Hay deportistas que no necesitan recurrir a estas prácticas. Me vienen a la mente muchos de ellos, porque cada fin de semana nos regalan ejemplos de cómo se pueden fomentar y cuidar los valores. El deporte tiene una enorme capacidad de influir en la sociedad. Los deportistas poseen un poder único para impactar positivamente en los jóvenes, pero también en los mayores. Es una verdadera pena no aprovechar más este poder para inspirar y promover el bien.
Los más pequeños de la casa disfrutan imitando a sus ídolos, y todavía no tienen la capacidad de discernir qué comportamientos deberían evitar. El problema es que, en numerosas ocasiones, aplaudimos, defendemos e incluso copiamos las conductas de estos irresponsables consentidos. Sí, consentidos, porque nadie se atreve a cortar de raíz estos comportamientos. Mentir, fingir o insultar debería estar duramente castigado. Si así fuera, viviríamos en un mundo mucho mejor.
Por suerte, siempre nos quedarán ejemplos como Nadal, Federer y otros deportistas que destacan tanto en el ámbito deportivo como en su día a día. No son los únicos; hay muchos deportistas que son verdaderos modelos a seguir. Sin embargo, lo soez y lo ordinario suelen silenciar la elegancia de la educación. Nos atrae el ruido, lo chabacano… el provocador, lo vulgar. Mientras tanto, los más jóvenes están aprendiendo exactamente lo que no deberían hacer.
Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón
JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 66) | #todocomunica