Ayer tuvimos la oportunidad de ver el debate con motivo de las elecciones presidenciales francesas de 2012 donde se determina mediante sufragio universal,  qué candidato será el presidente de la República; con un mandato de cinco años.  El próximo 6 de mayo  se celebrará la segunda vuelta.

Todos estábamos muy pendientes del Sr. Sarkozy, legión de honor en la solapa en su traje de Dior y con un discurso muy trabajado y elaborado, poderío telegénico como una de sus cualidades; intentaría recortar la desventaja ya que actualmente las encuestas indican que está a varios puntos por detrás del Sr. Hollande; defendiendo, muy bien, su ventaja.

En un plató de 900 metros cuadrados, decoración sobria y clásica que representaba el Palacio del Elíseo, “escoltados” por 20 cámaras; una de éstas, era una cámara-grúa que captó los planos generales y otra, cenital, sobre la mesa que se ocuparía de sus detalles y gestos.

El Sr. Jérôme Revon tenía una difícil tarea; buscar la equidad de los presidenciables, sin mermar con las imágenes, cualquier posible desventaja, en un plató cuya temperatura estaba a 19 grados por petición expresa de uno de los participantes; no obstante cada uno de ellos disponía de un climatizador independiente. Todo esto estaría bajo las manos de dos moderadores del Consejo Superior Audiovisual francés; mucho menos participes en el debate que el moderador de los debates españoles; se gana así en dinámica y agiliza el debate para el espectador.

La intención de mi artículo no es hablar de política pero si destacar la importancia de la comunicación; de la agilidad de transmitir mensajes logrando realzar la imagen del político, quienes ayer jugaron con un sinfín de cifras y se interpelaron con ligera ironía de señorío a la francesa.

Esto es lo que le falta a los políticos españoles, y hoy más que nunca, ya que dentro de un largo ítem sobre un país, nos vemos obligados a trabajar mucho más por la Marca España; nuestros políticos deben ser conscientes de la importancia que representa la comunicación y el saber comunicar; la capacidad de oratoria y de hacer llegar un mensaje claro. La fuerza de un país, empieza desde la base de la claridad de los mensajes de sus políticos; sin ambigüedad y con una clara premisa, defender el ideario de sus habitantes y un objetivo de prosperidad sin hipotecas internacionales.

Hemos vendido durante muchos años una imagen de España que dista de su actual realidad, y eso, ahora nos pasará factura si no somos capaces de trabajar la Marca España, desde la comunicación.

Javier Vila de Savenelle de Grandmaison | Your Sitting