#sutilezascotidianas | Las redes sociales han catapultado la imagen pública de muchísimas personas, llegando a tener millones de seguidores. Políticos, deportistas y empresarios cuentan con una nueva herramienta de comunicación que les permite llegar a más personas. Hace unos años, no existían estos escaparates digitales y la información llegaba a través de otros canales; hoy todo es inmediato y esto contribuye a cometer más errores a la hora de informar.
Las redes sociales, bien utilizadas, son fantásticas, pero como todas las herramientas, su uso correcto es fundamental. Debe prevalecer —siempre— la ética y la moral, algo que, lamentablemente, se vuelve cada vez más difícil de discernir en un entorno donde el contenido muchas veces responde a intereses ajenos a la evolución personal y colectiva.
Por otro lado, existe la figura del seguidista, esa persona que, haga lo que haga su “admirado”, lo justifica incluso si miente, insulta o simplemente dice una auténtica estupidez. Al final, este seguidista, con su beneplácito digital, está aplaudiendo y difundiendo las miserias del otro. Por lo tanto, se convierte en cómplice del incremento de la mediocridad.
En todo este mundo oscuro siempre aparece el menor y es que nadie debería mirar para otro lado; está desprotegido, mal informado y es un objetivo fácil de manipular. Es por ello que —entre otras cosas— debe aprender a cuestionar más la información, a contrastar datos y a desarrollar la inquietud por saber más sobre un determinado tema.
Eres responsable con tus seguidores; todos lo somos, pero quienes tienen cargos públicos, empresas o una gran influencia digital lo son aún más. Tienen que ser conscientes del impacto de sus palabras y del poder que tienen sobre la opinión pública. Muchos de ellos juegan con la información buscando un rédito personal, sin importarles el daño que esto pueda causar a la sociedad… cegados por el dinero, el ego o el poder, llegan a mentir si es necesario.
En lugar de inundar las redes con odio, presumir de vidas superfluas o lanzar soflamas, sería mucho más enriquecedor para la sociedad contribuir a reducir la polarización. La crítica constructiva y la diferencia de opinión —siempre desde el respeto— son necesarias para seguir evolucionando como personas, buscando cada día la manera de reducir las brechas que nos separan y trabajar por el bien común.
Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón
JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 77) | #todocomunica