La culpa es de los demás

#sutilezascotidianas | Me encanta el tenis, pero juego mal… muy mal. En cambio, mi amigo Ignacio es un gran jugador. Sin embargo, hoy no voy a hablar de tenis, sino de cómo nos comportamos en algunos momentos de nuestra vida. No es que vivamos en una constante confrontación, pero es cierto que cada vez pasamos más tiempo en ella. A menudo, observamos atónitos cómo se pasan la pelota, como en un partido de tenis… improperio va, improperio viene; justificación va, justificación viene.

Pero… ¿qué hacemos nosotros? Si formamos parte de la conversación o del debate, normalmente nos posicionamos con suma facilidad y, sin darnos cuenta, caemos en el argumento más recurrente: la culpa es de los demás. Da igual el contexto o las particularidades, nuestra primera reacción suele ser defendernos, justificarnos y señalar al otro.

Cuando cometemos un error, en lugar de reconocerlo, también nos sale de forma innata buscar a otro culpable. Vamos por la vida con la sensación de tener la verdad absoluta, aunque en innumerables ocasiones desconocemos el contexto y carecemos de datos suficientes —muchas veces sin contrastar— para opinar con fundamento. Y, como mencionaba antes, reconocer un error parece una tarea difícil, porque implica aceptar una vulnerabilidad que a menudo confundimos con debilidad.

Hemos educado a nuestro cerebro —muy dado a asociar rápidamente para ahorrar energía— a reaccionar de manera automática. ¿Quejarse? ¿Culpar a los demás? Nos resulta lo más fácil. Inconscientemente, adquirimos estos hábitos y, por sistema, caemos constantemente en defendernos echándole la culpa a otros.

Nos falta mucha autocrítica, quizás porque creemos que reconocer un error nos resta credibilidad o porque tememos que decir la verdad nos traiga consecuencias negativas. Todos, en algún momento, hemos caído en esta dinámica y, probablemente, lo seguiremos haciendo por distintas razones. Pero… ¿somos realmente conscientes de la importancia y repercusión de este comportamiento?

Aceptar la responsabilidad puede ser difícil al principio, pero decir la verdad y ser autocrítico nos ahorraría muchos problemas, evitaría daños a terceros y nos permitiría encontrar antes una solución. En un mundo tan polarizado, podemos contribuir a generar un clima de reflexión y sosiego, aumentar nuestra capacidad de autocrítica y esforzarnos en comprender los motivos por los que algunas situaciones despiertan nuestro malestar o sacan nuestra peor versión.

Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón

JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 78) | #todocomunica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.