El desprecio está presente en nuestras vidas

Cada día convivimos, en mayor o menor grado, con una lacra que parece que está más presente en nuestras vidas, el desprecio. He de confesar que soy una persona extremadamente sensible, lo que me hace pasar por muy malos momentos.

El desprecio es la expresión final de la parte miserable que llevamos en nuestro interior; la exteriorizamos con gestos o acciones que hieren a las personas que están a nuestro alrededor. Está presente en todas partes y se convierte, en un arma psicológica de extrema peligrosidad. En nuestra profesión la sufrimos, posiblemente en menor grado que otras profesiones pero dichas excepciones, las capeamos con habilidad y generosidad.

Hoy he tenido la oportunidad de seguir por televisión, el debate sobre el Decreto-Ley del Gobierno sobre la reforma laboral. He de confesar que ya no tenemos buenos oradores. Unos porque gesticulan demasiado, otros porque no respetan los tiempos, otros por su tono  pero lo más grave de todo esto, es su aptitud y actitud. Deberían ser conscientes de que nos representan, que son la voz del pueblo en la Cámara Baja. Utilizan constantemente palabras desacertadas de calado, en busca del desgaste parlamentario de su “rival”; glosas difíciles de poder  compartir por falta de respeto en sus contenidos. El desprecio hace acto de presencia en la Tribuna.

¿Esto tiene algún atisbo de cambiar? No. Es importante destacar una vez más, el papel del profesional del protocolo, como nexo de unión para intentar mediar en la sociedad, en la medida de lo posible, transmitiendo la importancia de defender nuestros valores, vacuna para combatir una enfermedad que se llama desprecio, que se extiende como una epidemia por la sociedad.

Javier Vila de Savenelle de Grandmaison | Your Sitting

@_JavierVila_

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