
#sutilezascotidianas | Hay personas sensacionales que siempre te reciben con una sonrisa; no existen problemas, todo son facilidades. De esas que pueden pasar meses sin verte y, al encontrarte, no hay el más mínimo reproche… todo lo contrario, arrancan la conversación en positivo, mostrando alegría, afecto y respeto.
El otro día fue el cumpleaños de mi madre… vivimos lejos y quise darle una sorpresa. No le dije nada a nadie. La verdad es que me siento muy bien; he visto a mi madre muy feliz y ha disfrutado de un cumpleaños muy bonito. Se lo merece. En este viaje exprés también he aprovechado para visitar a un gran amigo, alguien a quien hace mucho tiempo que no veía y —quizás— por mi culpa, ha pasado demasiado tiempo sin que nos reencontremos.
Antes de irnos a vivir a Brasil, pasaba mucho tiempo con este grandísimo amigo. Generoso en conversaciones enriquecedoras que terminaban, muchas veces, con un buen plato de jamón y queso… siempre te recibe con una sonrisa y abre su casa, incluso a personas que prácticamente no conoce, porque le gusta compartir vivencias, experiencias, opiniones. Rápidamente te lleva a uno de sus rincones favoritos, su vida… los libros y su mujer, su compañera, que, al igual que él, es generosa y una bellísima persona, siempre mostrando su lado más dulce. Por cierto, me recomendó dos lecturas: El pivote geográfico de la historia, de Halford Mackinder, y El gran tablero mundial, de Zbigniew Brzezinski.
No hay lugar para el reproche, no hay malas caras. Todo lo contrario, pueden pasar años y siempre te reciben con los brazos abiertos. Ambos han pasado por una grave enfermedad y, lejos de encerrarse en su dolor, viven haciendo la vida fácil a los demás. Pasan desapercibidos y os puedo asegurar que han hecho mucho por los demás, pero jamás han presumido de ello.
Hay personas que se merecen cosas bonitas por su calidad humana, por dejar a un lado la tentación de recriminar y por no ahondar en el lado negativo de las cosas. Recuerda que el reproche es la antítesis de la bondad, del respeto y de la humildad. Probablemente, en más de una ocasión, he caído en el reproche y, cuando estás con ciertas personas, te regalan momentos que te invitan indirectamente a reflexionar, a alejarte de echar en cara, a evitar decir cosas que hieren. No conocemos las circunstancias por las cuales alguien se comporta de ciertas maneras; esto nos lleva a interpretar mal sus actos y, en consecuencia, al malentendido.
Recuerda, te mereces cosas bonitas por todo lo que haces cada día por los demás; por no inundar de negatividad conversaciones que, lejos de ayudar, emponzoñan allá por donde pasan, desde una comida hasta un entorno laboral. Hay muchas formas de cuidarse: hacer ejercicio, alimentarse bien… pero hay una que descuidamos cada día y que algunos, como tú, procuráis cuidar: nuestra salud mental y, por extensión, la forma en la que nos comunicamos con los demás.
Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón
JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 80) | #todocomunica