Antes de haceros llegar mi reflexión, quería enviaros un saludo. Espero que hayáis podido disfrutar del verano; yo me siento muy afortunado y he podido hacerlo en compañía de mi familia en un lugar maravilloso, Galicia.

Ya retomando mi reflexión, quería mostrar mi preocupación por el repunte de las “interrupciones/boicots” en los actos. Uno de los aspectos más importantes a la hora de preparar un acto, es cuidar hasta el último detalle y determinar cada aspecto que pueda incidir en el transcurso del mismo. Sabemos que anticiparnos al problema es primordial en nuestra profesión pero, ¿podemos evitar que un evento pueda ser “interrumpido”?

Hay muchos factores que influyen en esto, como por ejemplo el presupuesto de que disponemos y más en los momentos de crisis en los que vivimos en los que, más que nunca, nos miran con lupa, ya que por desgracia nos han etiquetado de “gastones”.  

Otro de los motivos es en el lugar donde se celebra el acto; la elección del espacio es clave, pero en muchas ocasiones no tendremos otra opción y estaremos obligados en celebrarlo en ese lugar.

La temática repercute de forma exponencial en las posibilidades de ser boicoteado; todos tenemos claro que hay determinados sectores que tienen muchas más posibilidades de sufrir esto.

El sector de la política será uno de los que más sufrirá estas “interrupciones”. Algunos políticos ya declinan participar en distintos actos por miedo a verse en medio de una tormenta de improperios. Me gustaría dejar claro que respeto la libertad de expresión y que las personas puedan transmitir su malestar pero… ¿dónde está el límite?

Creo que los políticos y sus respectivos equipos apostaran por nuevos formatos en sus intervenciones y reforzarán aún más sus planes de seguridad. Esto puede derivar hacia escenografías nuevas pero un tanto artificiales y encorsetadas, forzando al político a sobreactuar en sus intervenciones. Esto supondrá otra merma en la ya devaluada imagen de nuestra clase política. No obstante, teniendo en cuenta, como dije antes, que vivimos en un momento de crisis económica y de valores, hay muchas opciones (formatos de eventos) que podrían reconducir esta situación.

Javier Vila de Savenelle de Grandmaison