Porque, al final, es en esos pequeños gestos donde se reflejan los valores que queremos transmitir.
#SutilezasCotidianas | Procuro, en la medida de lo posible, tomar un café todas las mañanas con personas que son muy especiales en mi vida; es una buena forma de arrancar el día con motivación y alegría. En algún capítulo de Sutilezas Cotidianas os hablaré de algunas de esas personas, porque son fantásticas. Como os comentaba al inicio, ese placentero café lo disfruté esta mañana en una cafetería que os recomiendo si viajáis a Washington D.C.: la **Boulangerie Christophe… ¡qué buenos están los “petits croissants” o sus tartitas de manzana!
Mientras estaba allí, entró una madre con su hijo. Al rato se marchaban con su encargo, un bonito y cuidado paquetito de dulces, cuando al salir se cruzaron con un señor que llevaba una caja pesada sobre su hombro. El repartidor, que se veía un tanto apurado, sujetaba la puerta con cierta dificultad con su pierna, intentando dejar pasar a la madre y a su hijo, un chaval de unos 15 años. Todo sucedió muy rápido, pero aunque estuviese lejos, podía observar bien la reacción de la madre y del chico. Sinceramente, pensé que la reacción del joven sería la de devolver ese gesto, sujetándole la puerta para que pudiera entrar y así mostrar también su gratitud por el detalle que había tenido con ellos. Sí, le dieron las gracias, pero en ese momento uno tiene que reaccionar de forma natural y ayudar. ¿No veis que va cargado?
Cuando normalmente cuidas estos detalles, te salen de manera natural, se vuelve innato hacerlo. Es importante que estos gestos de cortesía no se pierdan y que procuremos, en la medida de lo posible, despertar esa sensibilidad en nuestros hijos, siempre de una forma pedagógica y empezando por uno mismo, dando ejemplo a los más jóvenes.
Por otro lado, hoy en día, por cualquier tipo de gesto de cortesía que uno tenga, en más de una ocasión, te llaman cursi, o si ese detalle lo tienes con una mujer, hasta machista. No dejemos de hacerlo, porque estas cosas nos enriquecen como personas. Sigue sujetando la puerta, mira a los ojos, sé agradecido, sonríe, deja pasar… da igual que sea una mujer, un señor mayor, un repartidor o quien sea, porque en ese momento, una simple mirada y una sonrisa hacen que despierte esa parte sensible que muchos llevamos dentro, aunque para otros tantos, simplemente les dé igual ser un perfecto… Porque, al final, es en esos pequeños gestos donde se reflejan los valores que queremos transmitir.
Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón
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**Boulangerie Christophe: Georgetowmn: 1422 Wisconsin Ave. Washington DC |Cabin John Village: 11321 Seven Locks Rd, Potomac