No cuesta nada contestar…

¿Cuántas veces hemos dejado un mensaje sin contestar, sabiendo que al otro lado hay alguien esperando?

#SutilezasCotidianas | Hoy quería hablaros de un gran proyecto de una persona a la que aprecio mucho y que ya es una realidad, una bocanada de aire fresco. Un proyecto que cuida los valores, los sentimientos y protege el legado. Mañana os hablaré de ello.

Hay pocas cosas en esta vida que me desesperen más y que, con el paso del tiempo, lejos de ir a menos, cada día disminuyen mi grado de tolerancia —aunque ya le estoy poniendo remedio—, como aquellas personas que son incapaces de responder, aquellas personas que creen que su tiempo vale más que el de los demás. El “importante”… el que responde en función de quién eres, el interesado.

Reconozco que es un tema delicado y que todos, en algún momento, no hemos respondido a un mensaje, un correo o una llamada. Todo tiene un equilibrio y, en mi caso, se ha vuelto casi una obsesión; un verdadero error por mi parte. La teoría siempre es fácil: no hay que llevar los temas a los extremos, debemos ponernos en el lugar del otro, no somos el centro del mundo y las agendas de uno son muy densas… Me parece fenomenal, pero cuando se repite y se convierte en una forma habitual de comportarse, entonces estás ante una persona que no te respeta ni te valora. Todos nos merecemos ser respetados y considerados, al margen de nuestra condición social o cultural, y no depender de quién eres o si me interesa para responder a un mensaje.

Entiendo perfectamente que a lo largo del día tenemos muchos compromisos y que vivimos en el mundo de la inmediatez, pero hoy la tecnología también puede ser nuestra aliada en este aspecto. No necesitamos responder al momento ni ser extensos en las respuestas… en algunos casos, incluso con un emoticono —dependiendo del contexto— puede ser suficiente.

Si, si recibes miles de mensajes al día porque eres una persona tan famosa que te escribe media España, lo puedo entender; pero como la mayoría de nosotros no estamos en esa situación, podemos dedicarle un tiempo al día para tener el detalle de responder al sensible, a ese que agradece que le dediques 5 segundos de tu valiosísimo tiempo.

Seguro que —como decía antes— nadie es perfecto, y yo soy el primero en haber cometido este error… ehhh, y en más de una ocasión. Desde aquí, me disculpo si he caído en este error. Por cierto, hace poco me disculpé con un gran profesional que me había propuesto algo muy interesante y al que tardé demasiado tiempo en contestar. Me disculpé, pero aún sigo fastidiado por no haberle respondido en tiempo y forma.

Recuerda que hay muchas formas de despreciar y faltar al respeto a otra persona, y una de ellas es la de no responder. Como yo he sido irrespetuoso en más de una ocasión, para evitar esto en la medida de lo posible, le dedico un tiempo al día a responder. No es mucho, pero desde que me he puesto en el lugar de quien te envía una felicitación, una opinión o un “simple mensaje”, sea quien sea, se merece mi tiempo, respeto y atención.

JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas

Javier Vila de Savenelle de Grand Maisón

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