Me alejo lentamente de las redes…

#sutilezascotidianas | Me hago mayor y, con ciertas cosas, ya no tengo ni tiempo, ni paciencia, ni ganas de discutir. Las redes sociales se han convertido en un caladero de personas anónimas que —parece— disfrutan insultando, mintiendo o manipulando.

Ya llevo unos años en las redes sociales y, al principio, me parecieron una herramienta de comunicación muy interesante. Sin embargo, desde hace un tiempo, percibo un deterioro significativo en cuanto a su uso; un deterioro que contribuye a convertirnos en una sociedad de odiadores, donde pasamos más tiempo descalificando que enriqueciendo con valores o compartiendo —entre otras cosas— conocimientos, experiencias y vivencias con un impacto positivo en nuestras vidas.

Los jóvenes se empapan de mentiras y superficialidad porque, entre otras cosas, no son capaces de discernir entre la verdad y la mentira, entre la manipulación y una opinión bien argumentada. Es importante que los más jóvenes tengan la inquietud de seguir aprendiendo, de cuestionarse y preguntarse por qué suceden las cosas, de leer y contrastar la información. Los mayores también deberíamos adoptar esta actitud: cuestionarnos más, ser más curiosos y mantener viva la necesidad de saber y de seguir aprendiendo.

Consumimos información a granel todos los días sin ser conscientes de la cantidad de contenido tóxico que entra en nuestro pensamiento y que, por ende, repercute en cómo hablamos, cómo argumentamos y cómo se ven afectados negativamente nuestros valores y nuestro saber estar.

Este año me he propuesto alejarme de las redes sociales y de aquellas herramientas que, por mi salud, me alejan de las cosas que realmente importan. Quiero dedicar más tiempo a aquellas personas y actividades que aportan cosas positivas a mi vida. No pretendo generalizar; hay contenido interesante en las redes sociales, pero, por desgracia, cada día es más lo tóxico que lo positivo. Me daré un paseo por las redes para leer a aquellos que lo hacen de una forma generosa y constructiva, pero me alejaré de lo tóxico. Esto también es extensible al WhatsApp… cuanto más sencillo sea el teléfono, mucho mejor. Es bueno aprender a desconectar.

Javier Vila de Savenelle de Grand Maison 

JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 61) | #todocomunica

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