Camareras no, gracias

En la que para algunos fue una magnifica Cumbre con esta foto como ejemplo, pudimos saber que la organización del evento había prohibido que fueran mujeres las que sirvieran la comida ya que podrían “distraer” a los mandatarios.

Hans Van der Linde, dueño de la empresa de cátering, se justificó diciendo que  “Si sirven 20 hombres y tres rubias plateadas, la imagen que queremos dar se estropea”; lo curioso es que sí pudieron trabajar en las mesas del resto de las delegaciones. Lo barroco de los argumentos a la hora de defender dicha decisión, era  que en un primer momento se había planteado que el cátering fuera servido sólo por mujeres, a lo que el ministro de Exteriores holandés,  Frans Timmermans , se negó. Por lo tanto, la organización estaba al corriente.

Esto me recuerda la Cumbre de G8 en Japón, en la que abordaron la crisis alimentaria con un menú de 19 platos, denominados por los chefs “bendiciones de la Tierra y el Mar”.  Las tres agencias de las Naciones Unidas con sede en Roma, la FAO, el PMA y el FIDA, exigieron a los líderes del G8 “un impulso decisivo en la lucha contra el hambre” y Save The Children, criticó el opíparo menú que habían degustado. Dominic Nutt, miembro de la organización humanitaria dijo en su momento que “es profundamente hipócrita que los líderes mundiales coman plato tras plato mientras hay una crisis alimentaria y millones de personas que no tienen ni que comer”.

Estas cosas ensombrecen el trabajo de muchas personas que llevan muchísimo tiempo planificando que los objetivos marcados se cumplan, sin olvidarnos de que todo acto-evento debería tener en su ideario, un objetivo claro ético y moral de principios y valores. Se debe escenificar el esfuerzo por parte de cualquier organización en que prevalecen los valores a los intereses partidistas en cualquier tipo de trabajo que realicemos.

Cierto es que no tiene toda la culpa solo la empresa, la organización de la cumbre no puede despreocuparse de estas cosas para evitar que lo destacable de la cumbre no sea el acuerdo de reducir y proteger mejor el material nuclear, sino porque las mujeres no pueden servir a los máximos mandatarios.  

Javier Vila de Savenelle de Grandmaison

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