#sutilezascotidianas Últimamente he sufrido más de una decepción pero, lejos de enfadarme públicamente, he decidido —de un tiempo a esta parte— irme en silencio. No hace falta pegar un portazo al salir. Somos muy dados a hacer demasiado ruido y tengo serias dudas de si esto es realmente beneficioso; empezando por mi salud. Sí, porque llega un momento en que debemos pensar en nuestra salud y en la repercusión que tienen situaciones innecesarias de soportar.
Probablemente yo también haya podido decepcionar a alguien, pero desde luego nunca lo he hecho con la intención de herir. Vivimos en un mundo marcado por el interés; en función de lo que le puedas servir a alguien, te tratan mejor o peor, te instrumentalizan para un fin… te exprimen y se aprovechan de ti. También está quien se aprovecha de ti porque le ríes todas las gracias, le haces la pelota, aplaudes todo lo que dice con el fin de contentar su ego.
Marcharse y alejarse de estas personas no es malo; al revés, evitas enfados innecesarios sin que tu salud salga perjudicada pero, además, cuando se aprovechan de nosotros, también se llevan parte de esa energía positiva que tenemos para nuestros seres queridos.
El silencio forma parte del juego de la hipocresía; ya sea por miedo al qué dirán, a que me quieran menos, a que no me llamen, a que no cuenten conmigo o a que nos pongan en una lista negra, entre otras cosas. Al final, nuestro silencio también es cómplice porque contribuimos a alimentar el desmedido egoísmo de algunos, donde la ingratitud es su forma de agradecer tu amabilidad y atención.
Puedes alejarte de muchas maneras: en silencio, sin hacer ruido y dejando ir, en los diversos ámbitos de la vida, a aquellos que no nos incluyen en sus oraciones. Una apreciación importante sobre esto, una última reflexión: siempre debemos ser educados y no perder las buenas maneras, incluso con aquellas personas que no lo son o no las demuestran.
Javier Vila de Savenelle de Grand Maison
JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 99) | #todocomunica
Reflexiones que son buenos consejos lo aplicaré; me iré con un silencioso portazo
Gracias!
Dominas los tiempos y las formas. Tú también me has dado buenos consejos.
Abrazo,
(J)