Los JJ.OO. de París. La importancia del legado emocional. Sin emociones no hay recuerdos

Fuente: Eurosport

Los Juegos Olímpicos, desde su renacimiento en Atenas en 1896 hasta esta edición en París 2024, no solo han sido un espectáculo deportivo global, sino también un poderoso motor de transformación urbana y emocional para las ciudades anfitrionas y sus espectadores. Sin emociones no hay recuerdos. Este evento, que encarna la unión de la cultura, el deporte y el desarrollo internacional, ha dejado un legado profundo en cada lugar que ha tocado. Cada edición de los juegos ha influenciado y dejado su marca en el mundo; aunque a lo largo de estos años hemos vivido momentos delicados, en general, el balance final es muy positivo.

En breve se celebrará la inauguración y se abrirá, como veremos más adelante, la caja de las emociones. Las redes sociales se inundarán de comentarios y reflexiones sobre uno de los momentos más importantes de los Juegos.

Atenas 1896. El principio del legado moderno

Los primeros Juegos Olímpicos modernos, celebrados en Atenas, marcaron el renacimiento de esta tradición milenaria. Aunque modestos en escala, establecieron un modelo de competencia internacional que fomentaría la amistad y el respeto entre naciones y atletas. Atenas 1896 dejó como legado no solo infraestructuras deportivas sino también un renovado sentido de orgullo y potencial en la Grecia moderna.

Siglo XX. Expansión y transformación

A medida que avanzaba el siglo XX, cada edición de los Juegos Olímpicos traía consigo avances significativos tanto en la escala del evento como en sus efectos en las ciudades anfitrionas. Los juegos proporcionaron el impulso necesario para desarrollar infraestructuras de transporte y deportivas, transformando áreas urbanas en centros modernos de actividad y encuentro. Por ejemplo, los juegos de Londres 1948 ayudaron a revitalizar una nación devastada por la guerra, mientras que los de Tokio 1964 señalaron el resurgimiento de Japón en el escenario mundial después del conflicto.

1896 Atenas 1900 Paris 1904 San Luís 1908 Londres 1912 Estocolmo 1920 Amberes 1924 Paris 1928 Amsterdam 1932 Los Ángeles 1936 Berlín 1948 Londres 1952 Helsinki 1956 Melbourne 1960 Roma 1964 Tokio 1968 México 1972 Múnich 1976 Montreal 1980 Moscú 1984 Los Ángeles 1988 Seúl 1992 Barcelona 1996 Atlanta 2000 Sidney 2004 Atenas 2008 Pekín 2012 Londres 2016 Rio 2020 Tokio 2024 París

Beijing 2008 y Londres 2012. Dos ejemplos de innovación y legado

Beijing 2008 fue un espectáculo de superlativos, con estadios como el “Nido de Pájaro” y el “Cubo de Agua” que se convirtieron en íconos arquitectónicos. Londres 2012, por su parte, destacó por su enfoque en la sostenibilidad y el legado, transformando una vasta área industrial en un parque olímpico que sigue siendo un centro vital de la comunidad. También fue un antes y un después en la comunicación, tal y como lo destacó Sebastian Coe en un desayuno que se celebró en Madrid y al que tuve la oportunidad de asistir, donde resultó muy pedagógico y me abrió a despertar un nuevo modelo de comunicación hacia los más jóvenes.

Río 2016 y Tokio 2020. Resiliencia y adaptación

Río de Janeiro en 2016 enfocó sus esfuerzos en la inclusión social y la sostenibilidad ambiental, convirtiendo instalaciones en vivienda pública y centros educativos tras los juegos. Fue bonito vivir la transformación de varias ciudades, ya que en esa época vivía en Brasil y pude disfrutar de los pasos previos, fundamentales para contextualizar el resultado final. Tokio 2020, celebrado en 2021 debido a la pandemia, adaptó sus juegos a condiciones extremas, demostrando la capacidad de resiliencia y la importancia de la seguridad y la salud, dejando también importantes lecciones sobre planificación y gestión de eventos en tiempos de crisis. Cuando viajamos a Tokio para la celebración del preolímpico de surf, pudimos ver la implicación de un país entero, demostrando la importancia de la implicación de su gente; probablemente uno de los países que más me ha impresionado por su cortesía.

Fuente: COE

París 2024. Mirando hacia el futuro y enfrentando desafíos de seguridad

París promete llevar los juegos a un nuevo nivel de responsabilidad ambiental y eficiencia. Utilizando instalaciones existentes, minimizará el impacto ambiental de los juegos y destacará por eventos innovadores como el surf en la Polinesia Francesa, un acontecimiento que no solo promoverá este deporte sino que también resaltará la diversidad cultural de los territorios franceses. He podido comprobar que muchas publicaciones se olvidan de esta particularidad y aunque es un deporte olímpico reciente (segunda ocasión), será espectacular ver a Janire González, Nadia Erostarbe y Andy Criere surfear en una de las olas más bonitas del mundo. El equipo lo completan Aritz Aranburu, Guillermo Gutiérrez y Rafa Sellés. Mis mejores deseos para el equipo español.

Sin embargo, recientes incidentes de seguridad, como el ataque a la red ferroviaria de alta velocidad en la ceremonia de inauguración, subrayan los desafíos que enfrenta París en materia de seguridad. Los ataques, que incluyeron incendios cerca de las vías y daños a elementos técnicos, revelan la necesidad de una vigilancia y coordinación de seguridad exhaustivas para garantizar que los Juegos no solo sean un espectáculo deportivo sino también un evento seguro para todos los participantes y espectadores.

La importancia del legado emocional. Sin emociones no hay recuerdos

Hoy se celebra la inauguración de los Juegos y, aunque llevan meses de preparación y han despertado el interés de la gente, las inauguraciones siempre se convierten en uno de los momentos más importantes porque es la llave que activará, si se hace bien, la caja de nuestras emociones. Sin emociones no hay recuerdos. Más allá de las infraestructuras y las medallas, los Juegos Olímpicos son una celebración del espíritu humano, un evento que despierta emociones y une a personas de todo el mundo bajo los ideales de excelencia, amistad y respeto. Cada ceremonia de apertura y clausura, cada récord roto y cada muestra de deportividad engrandece este legado emocional, fortaleciendo los lazos que unen a la comunidad global.

En resumen, desde Atenas 1896 hasta París 2024, los Juegos Olímpicos han sido mucho más que competencias deportivas: han sido un catalizador de cambio y un constructor de puentes entre culturas, naciones y personas, dejando un legado duradero que va más allá del podio. Disfruta de uno de los momentos más interesantes del mundo del deporte donde los valores y el respeto deben prevalecer y, aunque trabajo con varios deportes, el surf tiene un lugar destacado en mi vida. Os iré contando a través de algún artículo varios aspectos desde el punto de vista de la comunicación y el protocolo deportivo.

Javier Vila de Savenelle de Grand Maison

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