#sutilezascotidianas | Uno de los objetivos que me había marcado durante el verano era retomar varios temas pendientes… esos que durante el año vamos pateando hacia adelante y que —por diversos motivos— nos cuesta arrancar, terminar o, simplemente, hacer. Sin olvidarnos, por supuesto, de los asuntos que surgen en el día a día.
Antes de continuar, me gustaría, antes de nada, hacer una mención especial, cargada por un lado de mucho cariño hacia las personas que han sufrido los incendios este verano. Muchos de ellos lo han perdido todo… no solo a nivel material, también una parte importante de sus vidas, porque un incendio arrasa con todo: tangibles e intangibles. Era imposible no emocionarse —en mi caso, desde Galicia— al ver, oler y sentir la desgracia… cómo nuestros montes se iban muriendo, cómo se apagaban las vidas de los animales que habitaban esos hermosísimos parajes… la desesperación de su gente. No nos olvidemos de ellos.
Y la otra cara de la moneda: la de los miserables que son capaces de hacer tanto daño. ¿Cómo se puede hacer tanto daño?
Después de este paréntesis necesario —aunque con una importante conexión con el inicio de este capítulo—, quiero retomar esa idea de ralentizar, precisamente para, entre otras cosas, disfrutar más de todo lo que nos rodea: los paisajes, la naturaleza, el mar, una puesta de sol, una comida con amigos, la familia…
Deberíamos procurar correr menos, ir más despacio, hacer las cosas disfrutando el momento, incluso cuando realizamos tareas del hogar. Porque esa actitud más pausada repercute directamente en la calidad de lo que hacemos… y, sobre todo, en nuestra salud.
Estoy aprendiendo a ralentizar y sé que no es fácil. Probablemente en verano resulte más sencillo, pero estoy intentando aplicarlo en mi día a día desde que he vuelto de vacaciones.
En próximos capítulos os hablaré de cómo me estoy organizando, si lo estoy logrando… o si, por el contrario, las obligaciones y el entorno logran salirse con la suya y me arrastran a vivir a 200 por hora. Además de las personas que han influido positivamente en mi vida.
Me gustaría saber qué opinas tú sobre el ritmo de vida que llevamos, y cómo afecta a tu vida personal y profesional. A nivel personal, puedo decirte que estoy ganando momentos inolvidables, momentos que son pura vitamina. Y en lo profesional, estoy comprobando que hago las cosas mejor: con más calidad, más atención, más tiempo para analizar y observar cómo mejorar, disfrutando… sin dejar de aprender y, en muchos casos, divirtiéndome.
Javier Vila de Savenelle de Grand Maison
JVSG® 1931 | Sutilezas Cotidianas (Capítulo 96) | #todocomunica