Simeone… expulsado

¿Está el ”sitting” pensado para cuidar los valores en el deporte o hemos capitalizado el insulto para desestabilizar al adversario?

El Atlético de Madrid se enfrentó al Liverpool en Anfield… y no, no es una crónica sobre fútbol. Es, una vez más, por el comportamiento de algunos que —casi— trasciende más que la propia celebración del partido. Parece que los campos de fútbol se han convertido en el lugar preferido de algunos para descargar todo el odio que, durante la semana, uno va acumulando en su mochila del rencor, para luego dedicarse a insultar a los demás.

Simeone fue expulsado por encararse con el público durante la celebración del partido; concretamente, con un aficionado que se dedicó a insultarle y a decirle cosas fuera de lugar. Durante unas declaraciones a Movistar, Simeone dijo:

“Vienen hablando de cuidar el espectáculo, pero te insultan todo el partido desde atrás y no puedes decir nada, porque soy el entrenador. No es justificable mi reacción al insulto, pero no sabes lo que es 90 minutos insultado sin parar.

Y claro, con el gol del rival justo te giras y te siguen insultando y con la tensión pasa lo que pasa.

¿El árbitro? Me ha dicho que me entendía, pero ojalá que el Liverpool lo pueda mejorar y, si identifican a quien hizo eso, tenga sus consecuencias.

Han sido insultos todo el partido y luego gesto incluido, pero bueno, el que tiene que estar calmado soy yo, y soportar todo: insultos, gestos… porque estás en un lugar en el que te toca”.

Por parte del aficionado que se encaró al Cholo, dijo:

“Creo que es un poco cobarde. La prensa le preguntó qué había pasado. No hubo ningún insulto racista ni por mi parte ni por cualquier otra. No hubo ninguna mención a las Islas Malvinas, ni por mi parte ni por la del resto, pero el hecho de que no respondiera a la pregunta y cogiera y se fuera ha hecho que todo el mundo especule sobre ello”.

El propio Simeone reconoció su error y, lejos de disculparle, también creo que se equivocó, pero en las formas. En el fondo tiene razón: no se pueden permitir los insultos o gestos ofensivos. Por mucho que se haya pagado una entrada, no existe ningún derecho a descalificar a nadie. En este caso, además, se ha constatado que en varios vídeos se observa cómo este aficionado hace gestos despectivos hacia los jugadores y el cuerpo técnico del Atlético de Madrid durante el partido. Simeone tendría que haberse dirigido al cuarto árbitro, advirtiendo de lo que estaba sucediendo.

Seguimos con lo políticamente correcto para algunas cosas, pero en otras pesan más el dinero, el ámbito y la falta de valentía de algunas instituciones a la hora de tomar la decisión de expulsar a todo aquel que insulta y convierte un campo de fútbol en un vertedero de ira e impotencia.

Lo he comentado en más de una ocasión: todo empieza en el deporte base. Por ejemplo, en Estados Unidos asisto a muchos partidos en edad escolar. Si un padre alza la voz con descalificaciones, el árbitro detiene el partido y expulsa al padre del recinto… y se acabó el tema. El insulto no es justificable, por mucho que gane un jugador o un entrenador. El respeto no va en función del dinero que ganas… tampoco te da derecho, porque ganen mucho dinero, a insultar a nadie.

Los clubes tienen —también— una gran parte de culpa, porque cuentan con infinidad de mecanismos para evitar esto y revisar —entre otras cosas— qué cafres se sientan alrededor de un campo de fútbol. ¿Está el sitting pensado para cuidar los valores en el deporte o hemos capitalizado el insulto para desestabilizar al adversario?

Javier Vila de Savenelle de Grand Maison 

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